AUTONOMÍA EMOCIONAL
A colación del último post, no podía dejar de dar la otra cara del aval emocional: la autonomía emocional.
La autonomía emocional es cuándo, obviamente, no necesitamos de avales emocionales, no necesitamos de otra voz ajena que nos dé “permiso” o garantía para sentir, pensar o actuar de la forma que lo hacemos.
Autonomía emocional y madurez van de la mano. Las frutas maduran cuando caen de los árboles, las personas maduramos cuándo no necesitamos nutrir nuestras decisiones/sentires/ pensares con los “permisos”, “avales” de otras personas. Es decir cuándo nos atrevemos a usar nuestra libertad.
Suena muy bonito, pero la realidad es que ese paso de soltar el árbol y experimentar la caída libre suele dar vértigo, o lo que es lo mismo miedo. Porque la autonomía emocional va de la mano de la libertad, claro, pero demás de la responsabilidad. Y aunque son ambas palabras que hablan de conceptos bellos, son también palabras que hablan de conceptos incómodos.